Contra los ataques mediáticos y las operaciones políticas: La unidad es superior al conflicto

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Mientras el gobierno de Javier Milei pretende avanzar sobre los derechos de los trabajadores, anunciando una reforma laboral regresiva, los exegetas mediáticos del régimen montan operaciones de prensa con la única intención de horadar la integración sindical con los espacios políticos que buscan sostener a la producción y al trabajo.

En este marco, debemos destacar que a los dirigentes sindicales nos legitiman nuestras bases a través del pleno ejercicio de la democracia. La representación no se afirma en el marco de la especulación política, ni en la subestimación de los trabajadores: se consolida por medio de acciones efectivas que hacen a la construcción de la organización y sobre el principio doctrinario de hacer justicia juntos.

Los mercenarios mediáticos, que responden al régimen liberal, tiñen su falsa moral con la narrativa del potencial y se subyugan a una subjetividad condicionada por el precio que le ponen a sus notas. No están legitimados más allá del mapa que los presenta como propagadores del caos y propagandistas de la colonia. El objetivo es siempre el mismo: intentar descomponer los lazos de solidaridad que hacen al bien común y a la mejora de la calidad de vida de los trabajadores.

No es nueva la propaganda antisindical que utiliza recursos remanidos para agraviar a dirigentes sindicales y así instalar una leyenda negra sobre el conjunto del Movimiento Obrero. En tal sentido, se propaga la falsa idea de que los trabajadores y sus representaciones sindicales recurren a prácticas viciadas para lograr sus cometidos, sin comprender que la verdad se impone por fuerza propia y no a través de la representación y voluntad de una narrativa artificial y direccionada a impulsar la disolución nacional.

El enclave portuario Zárate-Campana resulta ser un factor táctico para el transporte fluvial regional y, por lo tanto, es un espacio en disputa. Su ubicación geográfica y su potencial desarrollo despiertan las ambiciones de los agentes coloniales que, al mismo tiempo, se erigen como personeros de las disputas geopolíticas que entrecruzan la discusión sobre la toma de posesión de la vía navegable del Paraná.

Instruir a la opinión pública a partir de un relato que pretende denigrar la operatoria del complejo portuario, hostigando con falsas presunciones a dirigentes sindicales, trabajadores, empresarios y funcionarios del gobierno bonaerense, responde al entramado de objetivos oscuros y ajenos a los intereses nacionales. Para los operadores y lobistas se trata de acaparar negocios y de expropiar su rentabilidad sobre la base del sacrificio de los trabajadores, que son lo que generan la verdadera riqueza del país. Para nosotros se trata del Trabajo, de la producción, del Transporte y de la Soberanía.

El Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, a través del Ministro Walter Correa, ha dejado en claro que su objetivo principal es alcanzar el equilibrio entre Capital y Trabajo sin retroceder un ápice en la defensa de los intereses nacionales y de los trabajadores. Para esta cartera, es imprescindible tener un abordaje estratégico sobre las vías navegables y los complejos portuarios. Por eso, sus políticas están en concordancia con el programa que desarrolla para el sector el Gobierno de Axel Kicillof.

No se construye la independencia económica sobre acciones individuales que prescinden de sensibilidad social para abordar los problemas de fondo que atañen a los nodos estratégicos y que sostienen al paradigma material para engrosar sus cuentas bancarias. En el universo de la propaganda y de la operación, donde la verdad se oculta detrás de la moral selectiva, reina el imperio de los mercenarios que emplean todos los recursos para socavar la esencia de la Patria.

Cuando  se hacen afirmaciones a ligera—generalmente sin peso específico— que pretenden “ensuciar” a la dirigencia sindical o a los referentes políticos del Movimiento Nacional, lo que se produce es un ataque directo a los trabajadores. Si se afirma livianamente que el Puerto de Zárate está sindicado como un puerto vinculado al “narcotráfico”, sin datos ni hechos concretos, además refutados por la Justicia, se somete a los trabajadores a soportar condiciones indignas de su propia actividad, porque también se subestima su capacidad de aprehensión de la realidad.

Que estas notas del mal periodismo circulen con libre albedrío, mientras la clase trabajadora asiste azorada al espectáculo lastimoso que da el gobierno libertario, al bajar a un candidato de su lista por estar probadamente vinculado a un empresario vinculado al narcotráfico, es una afrenta a la inteligencia de los trabajadores. Detrás de estas maniobras existen operadores canallas que fingen demencia en pos de mantener sus privilegios y que decididamente apuestan contra los intereses nacionales, al mismo tiempo que sostienen un discurso disfrazado de corrección ideológica.

El mensaje de la clase trabajadora bonaerense en las urnas, el pasado 7 de septiembre, ha sido más que contundente. Efectivamente, esto representa un peligro tanto para operadores mediáticos como para los agentes políticos de la semi-colonia. El voto no es un peso muerto. Es la expresión determinante del pueblo frente a este tipo de políticas: las que buscan el sometimiento y el retroceso de los trabajadores. Las que se subordinan a los intereses extranjeros, entregando derechos, territorios y recursos.

Nosotros estamos comprometidos a redoblar los esfuerzos, a profundizar la militancia y a consolidar la articulación para alcanzar la necesaria unidad que nos permita romper las cadenas de la mezquindad, el individualismo extremo y la dependencia. Trabajamos para que el 26 de octubre estos agentes queden deslegitimados, una vez más, en las urnas y para que, junto a aquellos compañeros que tienen el mismo objetivo, podamos construir la felicidad del pueblo a través del trabajo y no del capital. Estamos convencidos de que no podemos hacerlo solos; por eso, ratificamos nuestro compromiso conjunto con el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires.

Recordamos que la fuerza es el derecho de las bestias. Nosotros estamos convencidos de que se acercan horas decisivas que hacen al destino de la Patria, pero también al de la clase trabajadora. Se acerca la hora del pueblo, ese pueblo de trabajo que quiere vivir en paz, que rechaza que sus hijas e hijos sean víctimas de los delincuentes que son sustentados desde la “casta” libertaria. Un pueblo que quiere ser políticamente soberano y económicamente independiente para realizarse, insistimos, a través del trabajo y la Justicia Social.

 

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